Cirugía refractiva
Para poder tratar los defectos de refracción del ojo (miopía, hipermetropía y astigmatismo) es necesario que la graduación haya permanecido estable. La valoración de utilizar esta técnica requiere de un estudio meticuloso en cada caso particular por parte de un oftalmólogo especializado.
¿Qué beneficios tiene la cirugía refractiva?
- Independencia de gafas y lentillas o minimizar su uso.
- Comodidad y libertad en el día a día y cuando se practica deporte, sin tener que portar nada.
- No requiere hospitalización dado que se hace en régimen ambulatorio.
- Sus resultados son inmediatos.
- Mejora su calidad de vida, sobre todo aquellos pacientes que dependen de gafas o lentes de contacto.
- Al no necesitar corrección, se evitan patologías por el uso durante años de las lentes de contacto.
- Beneficios estéticos evidentes. Es el requisito de muchos pacientes, que no pueden llevar lentes de contacto y para ellos las gafas condicionan demasiado su imagen.
¿Cómo es el postoperatorio de esta cirugía?
La mayoría de las intervenciones de cirugía refractiva son muy eficaces, seguras e indoloras y provocan unas molestias mínimas para el paciente, siendo muy rápida su recuperación. El paciente debe tener en cuenta las siguientes cuestiones:
- Acudir a la clínica en varias ocasiones para que su oftalmólogo pueda comprobar que la evolución es la correcta.
- La capacidad visual después de la intervención irá mejorando progresivamente en función de cada paciente.
- El día de la intervención el paciente deberá limitar algunas actividades (ver la televisión, manejar el teléfono móvil, etc.), siendo recomendable permanecer el mayor tiempo posible con los ojos cerrados.
- La incorporación a la actividad habitual suele ser muy rápida, aunque el paciente deberá mantener ciertas precauciones, como no frotarse los ojos o no practicar deportes intensos durante unos días.
- El paciente deberá seguir estrictamente el tratamiento con colirios y lágrimas artificiales prescrito por el oftalmólogo.
